Hoy iniciamos una nueva columna donde repasaremos distintos grandes nombres que dejaron su marca en la historia de Japón. Serán políticos, deportistas, mangakas, directores, músicos, etc. de la historia y la actualidad nipona, y que mejor forma de arrancar que con el "Padre del Manga", Osamu Tezuka.
Antes que nada, debo decir que si no sabes quien es Tezuka, y andas deambulando por esta página, estas mal…muy mal. Todo amante de la cultura japonesa debería saber quien fue este gran hombre, así si aún no sabes nada de él, es mejor que leas esta nota.
Osamu Tezuka, nacido en Osaka en el año 1928, es reconocido como el “padre del manga” o el “dios del manga”. Pero, ¿a que se debe este titulo? Bueno, Tezuka fue ni más ni menos que el creador del manga tal y como lo conocemos. Él fue quien sentó las bases con las que trabajan todos los mangakas de la actualidad. Estamos hablando de historias más profundas, no el simple comic que vemos en el diario (y que era el que existía en Japón en la época en la que vivió Tezuka.
Aquellos que saben al respecto, dicen que fue la experiencia en la 2da Guerra Mundial (guerra que él vivió en persona), la que lo llevo a tratar de meter más sentimientos en sus dibujos, siempre tratando de poner mensajes optimistas y humanitarios dentro de ellos.
Por otra parte fue él quien, por ejemplo, llevó a que los enormes ojos fueran una de las características de el manga y el anime. Se dice que esta peculiaridad se debía al enorme fanatismo que tenía por los dibujos de Walt Disney.
Ya desde muy chico dibujaba, y a los 20 años publico su primer manga, como tal: Shin Takarajima. Este primer trabajo, en el que Tezuka únicamente se desempeño como dibujante (el guionista era Shichima Sakai), sentó las primeras bases de lo que vendría más tarde.
Pocos años después, en 1951, inicia una de sus obras cumbres, y sin duda una de las más conocidas fuera de su país: Ni más ni menos que Tetsuwan Atom, también conocido como Astroboy, manga que fue convertido en anime, también por el mismo Tezuka.
Pero claro, esa no sería su única obra: Ribbon no Kishi (La Princesa Caballero), Hi no Tori (Fenix) y Buddha, también se encuentran dentro de su repertorio de grandes mangas, siendo estas ultimas dos, las consideradas como sus más grandes trabajos.
Hi no Tori, manga que comenzó en 1954, nos muestra la eterna búsqueda del ser humano por la inmortalidad, a través de diversas historias que ocurren a través del tiempo, en diferentes civilizaciones que nacen y perecen.
Buddha, en tanto, es una obra que cuenta la historia del fundador del budismo, religión mayoritaria en Japón.
Además de estás historias, se dice que Tezuka escribió unos 700 mangas aproximadamente, entre los que podemos nombrar Black Jack, Metrópolis, Adolf, Dororo, Janguru Taitei y Tsumi to Batsuu.
Pero ojo, porque el llamado “Dios del manga” hizo más cosas. ¿Cómo, 700 mangas y encima tuvo tiempo para más? Si señor, porque también fue uno de los pioneros en lo que es el anime. Además de Astroboy, es reconocido por Janguru Taitei, que a nuestros lares llego como “Kimba, el león blanco” (ahora lo tienen, ¿no?), por ser el primer anime a color, y por producir el anime de Ribbon no Kishi (La Princesa Caballero), todas realizadas con su productora, Mushi Productions.
Sin dudas, la historia de Tezuka es enorme, y para hablar y analizar cada una de sus obras, deberíamos seguir escribiendo hasta quien sabe cuando, pero lo importante ya fue dicho. Sin dudas, si uno tiene la oportunidad, debe aprovechar para ver y/o leer las obras de quien es todo un ícono en este mundo.
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